Todo arrancó en un calabozo. En una comisaría que solía ser el único destino posible para quienes se atraviesen a correrse de las normas y a ser del espacio público,la calle su lugar de trabajo.
Las consecuencias de la criminalizacion del trabajo sexual suelen ser la clandestinidad, mayor persecución policial, mayor exposición a violencias pero también nace allí la posibilidad de organizarse y luchar por aquello que creíamos como algo imposible para nosotras: que las trabajadoras sexuales podamos tener derechos.
En Argentina la organización sindical de las trabajadoras sexuales lleva contabilizados 29 años de lucha, dos décadas menos de aquella rebelión que organizaron las compañeras en Saint-Nizier, Francia cuando un 2 de junio de 1975 tomaron una iglesia y por 10 días mantuvieron una huelga donde denunciaban la represión policial que sufrían y la necesidad de ser escuchadas por el Estado y sus gobernantes.
Años de silenciamiento han sido posibles por el estigma, la discriminación,la persecución y la vergüenza impuesta a quienes ejercemos el trabajo sexual. Que otras hablarán por nosotras y que los Estados no nos convoquen a las mesas donde se han tomado decisiones con respecto a nuestro trabajo fueron en parte lo que han impulsado a que alcemos nuestras voces, nos organicemos y nos involucremos en la lucha sindical y feminista para intentar transformar nuestra realidad.
En Argentina el trabajo sexual no está tipificado como un delito pero todos los espacios,las formas de organización y difusión de nuestro trabajo están criminalizados por códigos contravencionales, ordenanzas municipales, decretos provinciales, decretos presidenciales y reformas de la ley de trata. Arrinconadas por el derecho penal lidiamos constantemente con la violencia institucional y aunque denunciamos, hacemos informe anuales, visibilizamos nuestra realidad, alcemos nuestras voces en cada asamblea feminista, hayamos ganado un lugar en la Central de Trabajadorxs de la Argentina y tengamos organización en 12 de las 24 provincias de nuestro país aún no contamos con ninguna política pública.
En el año 2016 Amnistía Internacional hace público su informe y su posicionamiento político con respecto al mercado sexual y uno de los 5 países elegidos para hacer su trabajo de investigación fue el nuestro. Lo vimos como una oportunidad para que aquellas compañeras que habían sufrido robos, cierres de sus lugares de trabajo, procesos judiciales, habían sido detenidas, despojadas de sus pertenencias y expuestas a mayor vulneracion a sus derechos se sientan escuchadas.
Han sido varios organismos de derechos humanos quienes se han manifestado preocupados por la vulneracion de los derechos de las trabajadoras sexuales, han realizado un llamado de atención a los Estados y los gobiernos y también recomendaciones para que la realidad de más de un puñado de personas puedan ser con garantías, respeto y políticas públicas que atiendan demandas como el acceso a la salud, la vivienda, el derecho a la jubilación y a no ir más detenidas.
when
country
Argentina
region
Americas & the Caribbean
Subject
Sex Workers

La organización sindical nos permitió pensarmos como sujetos políticos, parte de la clase trabajadora y también como una herramienta propia para transformar nuestra realidad

Pero lo cierto es que no podemos quedarnos de piernas cruzadas esperando que haya una voluntad política de los gobiernos para que nos llamen y nos convoquen a diseñar legislaciones y políticas donde se vean reflejadas nuestras demandas. La organización sindical nos permitió pensarmos como sujetos políticos, parte de la clase trabajadora y también como una herramienta propia para transformar nuestra realidad, demostrando que nosotras somos personas que pensamos y no necesitamos ser tuteladas, que planificamos nuestras acciones, que creamos redes comunitarias, que ponemos en acción estrategias creativas para frenar la violencia institucional pero también para tratar de vivir en mejores condiciones y con una mejora en nuestra calidad de vida.
Como parte de esa demostración de lo que podamos lograr estando organizadas hemos creado una Casa de atención integral para las personas que ejercen el trabajo sexual donde contamos con un comedor comunitario pero también con una escuela primaria, con asesoría legal jurídica, asistencia psicológica y social, talleres de formación feminista y política, de acceso a la salud. Un lugar propio donde podamos decir verdaderamente a que nos dedicamos sin que se alce ningún dedito acusador, sin que nadie cuestione nuestras decisiones, sin sentir vergüenza o culpa por nuestro trabajo.
En tiempos donde en las sociedades se despliega más violencia y ven a los otros como un sujeto a eliminar o expulsar es que se hace necesaria aferrarnos aquello que se pensó como un imposible en un calabozo 29 años atrás.
Organizarnos para ser escuchadas, para ponerle un freno a la represión policial. Organizarnos para que los debates hacia el interior de los feminismos sea con nosotras, Organizarnos para demostrar la capacidad de agencia y decisión que tenemos las trabajadoras sexuales y que dejen así de infantilizarnos.
Organizarnos para soñar que otros horizontes son posibles para nosotras, que estamos acá porque otras han caminado antes y seguimos apostando a la organización sindical para que las próximas que caminen lo hagan con justicia social y reconocimiento laboral pero sobre todas las cosas para que no pasen por lo que nosotras tuvimos que soportar.